jueves, 22 de septiembre de 2011

El amor de mi vida


El amor de tu vida pueden ser muchas personas. Dependiendo de las circunstancias, un día concreto de la vida, puede ser una persona; otro día cualquiera, al cabo de los años otra, y entre la primera y la segunda pueden haber habido otros. Sin embargo, si a uno le preguntan quién es el amor de su vida esos días contestará sin dudarlo, excluyendo al resto de seres humanos, dejando a esa persona y no a otra, en un lugar único e irrepetible, insustituible. Pero las cosas no son tan claras siempre, no son ni tan puras ni tan relativas. La única cosa que les iguala, a demás de ser todos el amor de tu vida, es precisamente lo que los descarta: la ruptura. Y ¿por qué creyendo firmemente que ese y no otro es el amor de tu vida, la única que tienes, sucede que llega un día en que se toma la decisión de dejar esa relación? Porque en realidad no abandonas a la persona sino la relación. Porque los problemas que surgen no somos capaces de resolverlos ¿Y por qué? Si tanto amas a esa persona ¿cómo es que no se es capaz de superar los obstáculos? Es que acaso ya no tenemos la capacidad de nuestros abuelos de permanecer al lado de una persona toda la vida, será que no es romántico, será que no es noble, será que la fidelidad ya no tiene valor, será que no somos capaces de amar mucho tiempo a la misma persona, o quizá nuestros abuelos no sabían amar y eso del matrimonio hasta que la muerte nos separe no es más que un arcaísmo vacío, será que la pasión es pasión porque es efímera, por eso es tan intensa, por eso se pierde con el tiempo. O quizás no encontré la persona adecuada, quizá no haya ningún amor de mi vida, pero hayan muchos intentos.

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